Reflexiones varias sobre la Historia

A cuenta de un lector anónimo me gustaría reflexionar sobre la objetividad en la Historia, y digo reflexionar ya que uno no puede dialogar con alguien de quien no conoce dato alguno.

E.H.Carr y Bloch tratan de manera magistral el asunto de la objetividad en la Historia. Aquél que pretenda hacer Historia, debe dejar la mochila con su ideología en la puerta del aula antes de entrar, algo que no siempre se consigue en su plenitud, y algo a lo que uno pretende acercarse cada vez que enfoca una unidad, con mayor dificultad conforme más cerca nos encontremos de los hechos presente.

Sucede, sin embargo, que los libros pertenecen a editoriales, editoriales controladas por sus accionistas y grupos de comunicación que, partiendo de datos incuestionables, suelen dar una visión particular sobre determinados hechos históricos, aunque esas diferencias -por motivos de marketing- sean cada vez más pequeñas, algo que la comunidad educativa aplaude.

 Establecidas estas bases, me reafirmaré en las siguientes; desde este punto de encuentro.

- Seguiré defendiendo el evolucionismo frente al creacionismo, aunque sospecho que lo mismo harán compañeros de Ciencias ya sean de primaria, secundaria o Universidad. Ardi, le guste o no a determinadas personas, es antepasado de nuestra especie, al igual que Lucy.

- Seguiré promoviendo la actitud reflexiva y el debate en el marco de la libertad de expresión, que antaño nos robaron y que recientemente recuperamos. Cada cual puede y podrá expresarse como le plazca, siempre que respete al prójimo.

- Seguiré defendiendo las leyes vigentes, máxime cuando atañen a la Historia y no tienen otro fín que cerrar heridas y hacer justicia moral, entiéndase bien, moral; porque la Ley de Memoria Histórica busca ese fín.

- Seguiré tratando de interesar a mis lectores con historias curiosas o divertidas siempre que tenga la ocasión, porque a veces son el eslabón que engancha a una persona al estudio. No se trata de quedarse en la mera anécdota, sino de tratar de generar interés. El que Carlos III dijera a su hijo semejante frase incomodará o no, pero no es mentira.

- Seguiré llamando golpe de estado al 18 de Julio, porque así fue, y llamando dictadura al franquismo, porque así fue, y así se recoge en la imensa mayoría de las editoriales, de una tendencia u otra, que sabiamente han sabido revisar sus textos conforme nos alejamos de los acontecimientos. Lejos queda ya el tiempo en el que se hablaba de alzamiento nacional y de Santa Cruzada, lo cual contiene una doble aberración intríseca, porque no creo que ÉL estuviese de acuerdo en que se matase en su nombre.

- Seguiré defendiendo una escuela pública, democrática, participativa y laica, porque esos valores son el espíritu de nuestra Constitución. La educación y la participación ya no son un privilegio, son un derecho.

- Seguiré condenando las agresiones físicas o morales contra cualquier miembro de la comunidad educativa, ya sea por razones ídeológicas, étnicas o de credo.

- Seguiré buscando erradicar actitudes machistas, que todavía quedan, porque hombres y mujeres somos iguales, y todos tenemos los mismos derechos y obligaciones, y tan válida es una viñeta de Forges como un simple gesto.

- Seguiré defendiendo la lucha contra el cambio climático, el uso de las energías renovables y seguiré denunciando aquellas situaciones que vulneren el medio ambiente, así como apoyando el cierre de todo tipo de industria que contamine el medio ambiente. En definitiva, seguiré defendiendo la conciencia verde.

Todo esto no es politizar, es educar, y si en alguna ocasión se necesita -parafraseando a Valle Inclán- "aguijonear conciencias" para provocar la reacción y participación, se seguirá aguijoneando, y más fuerte.

Desde aquí mil gracias a toda la gente que me demuestra su cariño, interés y corrección; alumnos, profesores, investigadores, aficionados, curiosos... españoles y del mundo. ¡Gracias! Seguiremos batallando con vuestro apoyo.

PD. A mis chicos/as: El cuadro que ilustra este post no lo pintó Marge Simpson, sino que está basado en un conjunto de obras de Edvard Munch, pintor expresionista noruego, llamado "El grito".